Deseamos que al abrir el diccionario y buscar la palabra estilo, su imagen acompañe. O que cada vez que pensemos en accesorios bien llevados, nos remitamos a ella. Que cuando queramos confirmar que menos es más, sea quien nos cuestione y nos haga dudar de nuestras convicciones. Y que cuando busquemos saber qué es eso que llaman amor, una imagen con su compañero de vida – durante casi 60 años!- nos diga que es por ahí.
Su biografía nos dice que Iris Apfel es decoradora de interiores – la explosión de color tenía que tener una explicación- y un referente de la sociedad neoyorquina. Con quien fuera su marido, Carl Apfel, creó una firma de diseño interior que tuvo como cliente, nada más y nada menos, a la Casa Blanca durante décadas. Además, es uno de los verdaderos iconos de moda que nos rodea. Y leyenda. La fama, como si fuese un éxito en sí mismo – podemos cuestionarlo cuando deseen- le llegó “de grande”, lo que no significa tarde, cuando fue “objeto” de una exposición en el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York, en el año 2005. Nada de it girl, nada de simple tendencia. Iris es una mujer que supo saltar a la fama a los 84 años, pero tras bambalina supo crearse.
¿Y ustedes pensaban que el mix entre Alta Costura y low cost había llegado hace un par de años atrás de la mano de las chicas del momento? Iris, desde hace muchísimo tiempo, tiene ese don de combinar piezas de Dolce & Gabbana, Lanvin, Dior, Nina Ricci con prendas de cadenas masivas y mercados. Claro, la diferencia está en el ojo de quien lo logra porque sabe lo que hace y no por mera yuxtaposición de prendas. Y de pose – tan constante en nuestros tiempos-
A su vez es coleccionista de objetos que adquirió a lo largo de su vida, y de sus viajes. Además, se animó a diseñar gafas (uno de sus sellos distintivos) y bolsos. Como la belleza, afortunadamente, es cada vez menos una cuestión de edad y de aspecto físico, la firma MAC la convocó para diseñar una colección de labiales, sombras y polvos. Y se convirtió, como corresponde, en la cara de campaña.
¿De dónde viene su estilo? Su madre fue fuente de inspiración, no sólo le enseñó a vestirse sino a invertir el dinero sabiamente (que según sus palabras: “nunca fue mucho”) y comparar antes de decidir. Éste es el límite que diferencia a un guardarropas normal de un buen guardarropas.
Iris cuenta con música propia – no sólo por el tintineo de sus accesorios cada vez que llega a un lugar-. Tiene un gran universo interior que cultiva permanentemente, donde la explosión de color es sólo un reflejo. Sí, es más de lo que se ve a simple vista.
Bonus (track):
Si aún no lo hicieron, les recomendamos el documental Iris, de Albert Maysles. Es posible que terminen tanto o más enamorados que nosotros. “Me gusta la individualidad, tan perdida en estos días. Hay tanta igualdad repetitiva. Todo está homogeneizado. Lo odio…Me gusta estar y ser en el mundo. Y todos tienen que hacerlo con su propia forma”, declara.
¿Por qué queremos tanto a Iris Apfel? Porque el mejor accesorio que luce es su personalidad y su sentido del humor (dos características intransferibles). Por suerte Iris está en nuestro mundo. Y nos comparte generosamente parte del suyo.
